Anoche conversaba con ella acerca de nuestros anhelos e ilusiones, todo iba bien hasta que por algun motivo (que no recuerdo) comenzamos a discutir sobre una serie de ideas, en verdad me gustaban pero por alguna razón esto se prolongo mas de lo esperado y mientras esto transcurría una lagrima corría su mejilla, la noche cayo congelada y las hadas huyeron asustadas.
Mi amor lloraba yo no podía hacer nada.
Use mis palabras como conjuros para parar ese llanto que estremecía mi ya quejumbrosa alma, pero al parecer no hacia efecto alguno en su desconcertado llanto, no encontraba lo necesario para calmarla.
Oh dios que estaba pasando ella lloraba y yo estaba apunto de perder las esperanzas.
Maldita sea la noche, maldito sea ese momento, por que ella tiene que llorar, porque ella tiene que pasar por esto.
Presuroso busque entre mis recuerdos algún vestigio de aquellos momentos en los cuales la vi sonreír, algo que pudiera hacerla olvidar este tortuoso momento,busque dentro de mi algo que pueda calmarla, removi millones de recuerdos y escarbe entre los pasadisos mas reconditos de mi memoria, pero no encontraba nada, que me sucedía.
Entre la desesperación y mi impotencia me sentía totalmente frustado........
Hasta que pude entender lo que ocurría, otra vez era yo, últimamente la realidad se apodera de mis sueños y se contagia hasta los de las personas que amo, era mi culpa, había roto sus sueños.
Caí rendido y sumergido en las mas grande tristeza, ella a mi lado y yo congelado, hasta que de un momento a otro una caricia se difumino en mi mano, era ella, mi ángel, que otra ves me miraba y con sus manos dibujaba la señal del amor mas grande, una ves mas ella me levantaba.
Y yo sabia que todo esto era otra jugarreta de la vida para hacerme presa de sus albures confinados en la parte trasera de la cordura.
Solo la mire y abrase con un perdón que emanaba de mis labios.
Seguimos el camino y Silvana ves otra comentaba sus ilusiones, yo la miraba, sabi aque ella era la mujer de mis sueños.
